Liga Mayor
Playoffs del 2007: Pesadilla para Pumas CU; ilusión para las Águilas Blancas
Las Águilas Blancas sólo han enfrentado en dos ocasiones a los Pumas CU en postemporada desde 1997, año en el que retomaron los auriazules el mote de Pumas, funcionando a los Cóndores, Águilas Reales y Guerreros Aztecas.
La primera de ellas es de grandes recuerdos para los politécnicos. Se trataba del juego de “Comodines”, en una temporada en donde los Pumas CU habían terminado como líderes de la División Jacinto Licea, con 7 triunfos y sólo dos derrotas. Las Águilas Blancas avanzaron a esta etapa con récord negativo de 4-5.
En temporada regular los pupilos del coach Arturo Alonso habían derrotado a los de Santo Tomás con marcador de 29-7.
Aquella temporada, Felix Buendía, actual entrenador en jefe de los Pumas era uno de los hombres importantes a la defensiva.
En el partido de playoffs, los Pumas CU lograron recuperarse de un 0-7 adverso, para tomar ventaja de 21-7 en el último cuarto. Pero con poco menos de 5 minutos por jugarse, comenzaron los errores universitarios y los aciertos guindas.
Un fumble del receptor Victor Arellano dejó a las Águilas Blancas en la yarda 12 rival y desde ese momento comenzó a forjarse el histórico regreso del IPN. De esa primera entrega lograron acercarse 21-16 tras un pase de anotación de Alfredo Lee (quien sustituyó a Raúl Mateos en los controles) a manos de Luis Quiñones, pero sin lograr la conversión de dos puntos.
Los Pumas regresaron al ataque y una nueva entrega de balón, ahora cometida por el corredor Vladimir Araiza permitió que los visitantes tomarán por vez primera la ventaja desde el primer cuarto con nuevo envío de touchdown de Lee, ahora a manos de Hugo Canseco.
Con pocos segundos en el reloj, y el marcador 22-21 a favor de las Águila Blancas, regresó al campo Francisco Alonso para tratar de acercar el balón lo suficiente para intentar un gol de campo. Sin embargo, Alonso cometió una tremenda equivocación y entregó un pase a manos del LB José Luis Esteba quien lo llevó hasta la zona final para que las Águilas Blancas ganaran 28-21 ante la incredulidad de los miles de aficionados que se dieron cita en el estadio Olímpico Universitario aquella tarde del 3 de noviembre de 2007.
Antes de ese partido, un equipo de la UNAM y uno del IPN no habían sostenido un juego de postemporada desde 1995.