NFL
La prueba felina para Mitchell Trubisky
POR OMAR UREÑA
El eco de las señales de Jim McMahon y Billy Wade, los dos toscos Quarterbacks que portaron el número 9 de los Osos de Chicago en 1985 y 1963, se escuchó en la Selva y en la Ciudad del Rock. Los Osos y su QB novato Mitch Trubisky enfrentaron a dos conjuntos felinos: Bengalíes y Leones. Entre percusiones de guerra y sonidos de metal de “Welcome to the Jungle” de Guns and Roses, los Osos no se amedrentaron y desplegaron formaciones ofensivas versátiles en la cancha del Paul Brown Stadium. La creatividad de su coordinador ofensivo Dowell Loggains dio resultado contra los Bengalíes, colocando tres, cuatro y hasta cinco jugadores alineados de un lado, ya sea con slot, doble slot, ala cerrada, o wing en movimiento. Con ocho hombres sobre la línea de scrimmage los Osos lograron que la defensa de Cincinnati se abriera, dejando huecos para ser explotados magistralmente por Jordan Howard quien corrió 147 yardas en 23 acarreos y anotó 2 touchdowns. En Detroit los Osos corrieron sólo 15 veces, insuficientes si la meta era dominar a los Leones en las trincheras.
Los Bengalíes se mostraron acalambrados con el fulminante movimiento de pies del nuevo ídolo de la Ciudad de los Vientos, Mitchell Trubisky, el QB que se deslizó lateralmente como en una danza de guerreros Potawatomi, alineando pies y brazo con las estrellas y las constelaciones de los emparrillados de su natal Ohio, para completar 25 de 32 pases lanzados, sin ningún pase interceptado y 1 touchdown. Los receptores no lo dejaron abajo como en otras ocasiones y fue admirable el coraje de Kendall Wright quien se colgó del balón en 10 ocasiones para ser líder receptor registrando 107 yardas.
En el Ford Field Mitch Trubisky lanzó pases excepcionales en el 3er cuarto pero hubo receptores que regresaron a la mediocridad y dejaron caer pases. Trubisky completó 31 de 46 lanzados y lanzó un pase para touchdown. En el 4o cuarto lanzó un pase al end zone que fue interceptado por Quandre Diggs, el último de los tres costosos pases interceptados que cayeron cuando la ofensiva de Chicago fue predecible y no siguió la receta de la abuela como contra los Bengalíes. Los Leones dispararon, eran fieras hambrientas gritando como en la rola “Detroit Rock City” de KISS, metiendo velocidad máxima para atrapar a Trubisky, quien parecía decir “tengo que reír porque sé que voy a morir”. Los Leones
lo capturaron en dos ocasiones, mismo número de capturas logradas por los Bengalíes. Mitch Trubisky mostró la frialdad necesaria en la NFL para superar adversidades y adversarios. El QB número 10 de los Osos venció a Andy Dalton en yardas y primeros y dieces (271 yds/14 – 141 yds/9), al igual que a Matthew Stafford (314 yds/16 – 237 yds/13).
La combinación de novatos Mitch Trubisky-Adam Shaheen sonó fuerte y mostró que en las próximas temporadas crearán jugadas sensacionales al estilo Tom Brady-Rob Gronkowski, o Alex Smith-Travis Kelce. Contra Cincinnati Shaheen logró 4 atrapadas, una de ellas para touchdown. Los Osos dominaron en la selva a los Bengalíes 33-7 y cayeron en la sabana 20-10 ante los Leones. No hay duda de que estos Osos podrán pelear en el 2018 al tú por tú contra sus rivales de la División Norte de la NFC si su ofensiva continúa reinventándose con el espíritu de su vocalista Mitch Trubisky. Los Osos serán respetados en el momento que viento y receptores entren en sintonía y cuando todo el equipo demuestre el hambre feroz por aplastar al enemigo.
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