NFL
La identidad de los Ravens debe recaer en corredores
J.K. Dobbins y Gus Edwards deberán quitarle responsabilidad a Lamar Jackson en el ataque terrrestre de los Ravens
Desde la llegada de Lamar Jackson a Baltimore la identidad de los Baltimore Ravens cambió.
Pasó de ser aquella franquicia que basaba su éxito en las temporadas de campeonato de Super Bowl en una férrea defensiva bajo el lema “las defensivas ganan campeonatos” a un equipo cuya identidad se basa en un poderoso ataque terrestre, en el que además del aporte de Lamar Jackson, cuenta con un par de corredores con alto potencial.
El laboratorio de Greg Roman, el coordinador ofensivo de Baltimore, tiene dos elementos explosivos que le pueden quitar responsabilidad de la generación de yardas por tierra a Jackson, para que se concentre en ser un mejor pasador, se trata de J.K. Dobbins y de Gus Edwards.
Edwards, corredor de cuarto año en la NFL, un agente libre no reclutado, terminó la temporada 2020 con 723 yardas en 144 acarreos con 6 anotaciones. Gracias a esos números se ganó una extensión de contrato por 2 años y 10 millones de dólares. Edwards ha tenido un crecimiento con el paso de los años en la liga con mucha potencia y determinación para romper la línea.
Con el caso de J.K. Dobbins, los aficionados se pueden frotar las manos después de lo que mostró en su año de novato, al establecer una marca en la historia del equipo con 9 anotaciones en 134 acarreos en los que sumó 805 yardas.
Ambos tuvieron grandes enseñanzas de Mark Ingram que dejó la mesa servida para la consolidación de este backfield. Tal es el desarrollo de los dos corredores principales del equipo, que hoy en día no existe claridad sobre quien será el RB1 y quien el RB2, ya que el año pasado quedó claro que el esquema de ataque terrestre de los Ravens tiene un corredor 1A y uno 1B, lo que se refleja bien en sus números.
Pero las opciones no terminan ahí para este backfield. Existe una tercera opción en el equipo, y no, no es Lamar, quien podría nuevamente ser el líder en yardas por tierra, sino de quien he apodado el “Chico Justicia”, Justice Hill. En 2020 su mayor aporte llegó en los equipos especiales, en donde demostró su gran velocidad y su capacidad de quiebres y cambios de dirección, que lo pueden convertir en el complemento ideal en el ataque terrestre y ser la “cereza en el pastel” de esa ofensiva terrestre.
Con ese cuerpo de corredores en el equipo, podrá ser más sencillo que Lamar Jackson se pueda concentrar en desarrollar mejor su ataque aéreo, en lugar de cumplir con la etiqueta que muchos le han colocado de que su prioridad está en correr.
La identidad de la fortaleza en la defensiva ya tiene un legado en Baltimore, con los campeonatos las ediciones del Super Bowl XXXV y XLVII, es momento de que el ataque terrestre deje huella, más allá de estadísticas.