NFL
Taylor Heinicke vive el sueño en Washington
Taylor Heinicke pasó de estar en clases en línea a ser el quarterback titular de los Washington Football Team en menos de un mes.
El destino tocó la puerta de su casa. Taylor Heinicke tuvo apenas un mes para aprenderse las jugadas de los Washington Football Team. En el emparrillado tenía un cuarto con el equipo de la capital estadounidense. Aún así la oportunidad de brillar le llegó.
Después de 748 días, Heinicke volvió a saltar como titular en un partido, el escenario, la Ronda Divisional de la NFC. Enfrente estaba el equipo de los Tampa Bay Buccaneers y Tom Brady. Su tenacidad rebasó todos los estándares del encuentro, y sorprendió a los ahora campeones, que por momentos se vieron abrumados por el jugador de 27 años, quien terminó aquel partido con 306 yardas por aire, un pase de TD y uno propio, para que su nombre retumbara en toda la NFL.
Aquella noche del 9 de enero de 2021 todos conocieron a Heinicke. Lo que pocos saben es que dos meses antes tomaba clases en línea, para él su carrera deportiva había terminado. Hoy, firmó un contrato por dos años y 8.75 millones de dólares, para ser el futuro de la ofensiva de Ron Rivera.
“Hay algunas ocasiones en las que miras hacía atrás y te preguntas. ¿Podría haber trabajado más duro? ¿Podría haberme preparado mejor? Luego vine a Washington, y ese no iba a ser el pensamiento iba a tener después de la temporada, estaba dedicado a que si tenía una oportunidad iba a volver”, aseguró el quarterback a Julie Donaldson, vicepresidenta senior de medios del equipo.
Taylor Heinicke llegó a la NFL, gracias a que los Minnesota Vikings le dieron una oportunidad, después de no ser drafteado en el 2015. Un par de años más tarde una lesión lo relegó de la franquicia, para llegar a los Patriots y ser cortado al mes.
En noviembre de 2017 los Houston Texans se hicieron de sus servicios. El 25 de diciembre hizo su debut como profesional, pudo completar un pase de dos yardas, antes caer al emparrillado por una conmoción cerebral y no volver a jugar para los texanos.
Al año siguiente tuvo la que parecía su última oportunidad con los Carolina Panthers donde Ron Rivera lo conoció. Estuvo detrás de Cam Newton, alcanzó a jugar seis partidos, uno como titular en la semana 16, pero al poco tiempo le volvieron a decir adiós.
Con un pie fuera de la liga, decidió regresar a tomar clases en la Universidad de Old Dominion, su alma mater. Fue entonces cuando sonó el teléfono, del otro de la línea estaba Rivera, quien tras la lesión de Kyle Allen, las altas y bajas del veterano Alex Smith y la indisciplina de Dwayne Haskins, necesitaba alguien de confianza.
En sólo un mes pasó de la escuadra de prácticas a la titularidad, justo el partido que le valió 8.75 millones de dólares, dos años más el Washington Football Team y poder vivir su sueño.
“Muchas cosas funcionan en mi camino. Me encanta el grupo, ya sea jugando, siendo suplente, cualquier cosa, estoy emocionado de estar en el equipo”, finalizó.