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Liga Mayor

Liniero mexicano cuenta las horas para jugar en la NCAA

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Robbie Aparicio

Cansado de no poder jugar con sus amigos por tener un peso mayor al permitido en la categoría, Robbie Aparicio Díaz dejó el futbol americano por al menos cuatro años.

Sin embargo, el cariño por este deporte y la influencia de su padre, hicieron que regresara y hoy, tres años después, jugará en la NCAA División III como liniero ofensivo.

Robbie, hijo del legendario ex jugador de los Cóndores UNAM, Roberto Aparicio, es producto de los Lobos de Monteverde uno de los programas de futbol americano más exitosos en Quintana Roo.

Con los Lobos comenzó a jugar a los siete años en la modalidad de tocho bandera, pero al subir al equipado, comenzaron los problemas con su peso, por lo que tuvo que jugar con niños de mayor edad, lejos de sus verdaderas amistades.

Siempre apoyado de los conocimientos y consejos de su padre

“Regresé para la categoría Bantam, pero tampoco pude jugar, sólo entrenaba con ellos”, recordó Robbie en entrevista con Máximo Avance. “Ya en Juvenil “A” pude participar y jugué mis cuatro juveniles, y aquí estoy, dos campeonatos después y formado como persona gracias a los Lobos Monteverde”.

El destino puso un día a Aparicio frente a frente con el reclutador del equipo de futbol americano de Gustavus Adolphus College de Minnesota. Estaba en aquél estado norteamericano con su familia cuando llegó, hace tres años, su primer acercamiento con esta Universidad, de la cual terminó enamorado a primera vista.

“Es una de las mejores universidades de artes liberales, tienen el mismo sistema que manejan escuelas como Harvard, además está hermosa la universidad, pocas escuelas aquí en México cuentan con una infraestructura tan clásica; en verdad me gustó mucho.”

Robbie, quien cumplirá en septiembre 19 años, se ha especializado en la posición de guardia, sin embargo, “estoy planeando una posible transición como centro porque siento que se acopla más a mi tipo de juego y de cuerpo, pero tengo que practicar más los snaps y el reconocimiento de jugadas”.

Si bien el cancunense de 125 kilogramos y 1.75 metros de estatura fue invitado a integrarse al equipo de futbol americano de los Golden Gusties, tuvo que aplicar para obtener una beca académica, dado que en la División III no se pueden otorgar las deportivas. Al final logró una beca del 60%.  

“Mi meta este año es quedarme con el primer equipo, ya que también tienen la categoría de Junior varsity; ser parte del roster de 55 jugadores, por el cual competiremos 155, y ya en segundo año estar jugando más partidos y en tercero o cuarto año ser un referente del equipo”, confesó Aparicio.

Por ahora, la cita de Robbie en el campus junto con todos los jugadores del equipo para comenzar con las evaluaciones físico-atléticas es el próximo 19 de agosto, aunque no será la primera vez que tenga contacto con entrenadores y compañeros. Precisamente el acercamiento que ya tuvo con ellos fue uno de los factores más importantes para tomar la decisión de irse para allá.

“El equipo me sorprendió por su nivel y el gran compañerismo que tiene, no hay una sola persona en toda la escuela que no sea amable con uno”, compartió.

Sobre el hecho de tener un papá tan exitoso en el futbol americano de nuestro país e inclusive ser parte del Salón de la Fama, Aparicio aseguró que “se podría pensar que es mucha presión, pero para mí, no. Me enorgullece todo lo que hizo y todo lo que ha hecho en el futbol americano y ha sido una influencia muy positiva para mí como en la toma de estas decisiones”.

Robbie con su padre, el ex Cóndor, Roberto Aparicio

Robbie Aparicio es producto de los Lobos de Monteverde de Cancún