NFL
Lamar se distrae en el Pro Bowl y solo piensa en ganar
El quarterback de los Ravens disfruta estar en Orlando entre los jugadores a los que admiraba en la TV y está determinado en salir con una victoria.
Lamar Jackson no es el prototipo de quarterback que la NFL está acostumbrada a ver.
A sus 23 años de edad y con tan solo una temporada completa como titular de los Baltimore Ravens, es el principal candidato a ser el Jugador Más Valioso de la NFL en su temporada 100, en la que comandó la ofensiva número 2 de la liga, con un promedio de 407.6 yardas por partido.
Y como el joven que es, disfruta de una semana de “trabajo” diferente, pues en la preparación del Pro Bowl, está acompañado de su familia, pero no pierde de vista que a final de cuentas todo se enfoca en un partido de futbol americano, y a pesar de las distracciones y la diversión, su mente está puesta en ganar.
Así lo demostró a lo largo de la temporada, en la que logró el mejor récord de la liga al terminar 14-2 y llevó a Baltimore a ser el equipo mejor sembrado en los playoffs por primera vez en su historia.
En el camino, lideró la liga con 36 pases de anotación y solo sufrió 6 intercepciones en 15 partidos, números que quedan opacados tras encabezar a su equipo en yardas por tierra al romper el récord de Michael Vick, quien en 2006 logró mil 39 yardas. Lamar terminó con mil 206 y fue parte del mejor ataque terrestre en la historia del futbol americano en producción de yardas, pues Baltimore terminó con 3,296 y superó por 991 al segundo lugar, los San Francisco 49ers, que disputarán el Super Bowl LIV la próxima semana ante los Kansas City Chiefs.
El mayor problema para Lamar, es que en el Juego Divisional frente a Tennessee se quedó corto en las aspiraciones y Baltimore quedó eliminado al caer 28-12. Sin duda le queda espacio para mejorar, pero también necesita de más ayuda en partidos clave y no querer comerse solo el pastel.
No hay que olvidar que solo tiene 23 años y busca complacer a todos, al grado de tener que ser acarreado para regresar a entrenar después de atender nuestras preguntas.