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NFL

#19, La gran recepción de ‘ballet’ de Santonio Holmes

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Santonio Holmes

Increíble, estética, acrobática. La recepción con la que Santonio Holmes le dio la victoria a los Steelers de Pittsburgh en el Super Bowl XLIII lo fue todo.

En el último cuarto, Pittsburgh iniciaba una ofensiva encerrado en su propio campo. El quarterback Ben Roethlisberger lanzó un pase de 20 yardas que completó con Santonio Holmes, pero un castigo del centro Justin Hartwig, no solo canceló la recepción, también les costó un safety.

Kurt Warner y los Cardinals deseaban el triunfo a toda costa. Arizona recibió el balón tras el safety y un par de jugadas después, el receptor Larry Fitzgerald, en trayectoria de slant al centro del campo, recibió el pase de Warner y se escapó 64 yardas hasta las diagonales para ponerse al frente en la pizarra por primera vez 23-20.

La recepción de Santonio Holmes.

‘Big’ Ben tendría la oportunidad de una ofensiva más, con solo 2:37 minutos en el reloj y dos tiempos fuera. Los Steelers movieron las cadenas poco a poco, hasta que Roethlisberger lanzó un pase con Holmes, quien lo llevó 40 yardas hasta dejarlo en la seis de los Cardinals. Y luego, dos jugadas más tarde, la estampa eterna:

Solo 43 segundos. Un suspiro para que terminara todo. Ben mandó la jugada. Mewelde Moore, la primera opción, estaba en el césped. La segunda, Hines Ward, cubierto. Y luego miró a Holmes, quien corría bandera a la esquina derecha. ‘Big Ben’ le lanzó el balón.

Holmes se elevó no más que unos cuantos centímetros del cuelo, extendió ambos brazos, capturó el ovoide y el aterrizaje fue mítico. Tan solo las puntas de ambos pies tocaron las diagonales para la anotación, antes de que los impulsaran fuera de la cancha.

“Mis pies nunca dejaron el suelo”, dijo Holmes. “Todo lo que hice fue extender los brazos y usar los dedos de los pies como una extensión para alcanzar la pelota”.

La jugada fue revisada por los árbitros y determinaron que era válida. Y de esta manera, los Steelers consiguieron su sexto título, con lo que superaron a Dallas y San Francisco como la franquicia con más campeonatos en la era del Super Bowl. Hoy comparten dicha marca con los Patriots de Nueva Inglaterra.