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NFL: 100 años, 100 momentos… #64 Muere el padre de Favre y él lo honra con una épica victoria
Nunca se quebró, ni en los momentos más difíciles. Un verdadero hombre de acero. La resistencia fue el epítome de su carrera en la NFL. ‘El General’, Brett Favre, legendario quarterback de los Packers de Green Bay, jugó 20 años en la Liga. Aunque ganó el anillo del Super Bowl XXXI, tal vez el partido que más se recuerda de él se el del 22 de diciembre de 2003.
Favre era en aquel entonces el rostro de la NFL. Un jugador maduro que sobrevivía al tiempo y que no se amedrentaba con la juventud que imperaba en la Liga. Simplemente era un auténtico ‘El Gatillero’, un guerrero en toda la extensión de la palabra.
El padre de Brett falleció el 21 de diciembre de 2003, víctima de un infarto masivo al corazón. El quarterback de los Packers, quien nunca se había perdido un partido como titular en Green Bay, debía tomar la decisión de permanecer con su familia o faltar al duelo ante Oakland Raiders, de lunes por la noche, el siguiente día. Su corazón le dijo que jugara y que le rindiera un homenaje a su padre.
Aquella noche Favre fue sublime. Lanzó para 399 yardas, cuatro touchdowns y un porcentaje de envíos completos de 73.3. En el Oakland Coliseum, incluso los fervientes aficionados de Raiders se pusieron de pie para aplaudir a una de las auténticas leyendas de la NFL y el ‘Black Hole’ (barra de fans de Oakland) se le entregó al mítico número ‘4’ de Green Bay.
Favre soltó el brazo, buscó a sus receptores con dobles coberturas, otras veces las ráfagas amagaban con perforar el pecho de sus compañeros. Sin embargo nadie estropeó la catarsis de Brett, quien al final del partido mostró su lado más sensible:
“Sé que mi padre hubiera querido que yo jugara. Lo amo mucho y amo este deporte. Esto significó mucho para mí, para mi padre, para mi familia, y no esperaba esta clase de partido. Pero sé que él me esta viendo esta noche”.
Favre, quien posee el récord de más partidos consecutivos como titular, con 297, 321 incluyendo Playoffs, elegido 11 veces al Pro Bowl y tres veces MVP, le rindió un homenaje soñado a su padre y mostró una vez más que su grandeza como jugador inició siempre en su corazón.