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NFL

#44 Lynn Swann, el bailarín y MVP del Super Bowl X

Con gracia y habilidad. Con rudeza y gran atleticismo. No importaba el cómo sino el quién. Y Lynn Swann, aquel que de adolescente destacó como bailarín de ballet, como receptor de los Steelers de Pittsburgh siempre puso a prueba sus virtudes para atrapar los pases más desafiantes del quarterback Terry Bradshaw.

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Lynn Swann

Con gracia y habilidad. Con rudeza y gran atleticismo. No importaba el cómo sino el quién. Y Lynn Swann, aquel que de adolescente destacó como bailarín de ballet, como receptor de los Steelers de Pittsburgh siempre puso a prueba sus virtudes para atrapar los pases más desafiantes del quarterback Terry Bradshaw.

En la NFL hay un dicho: “las verdaderas estrellas nacen durante la postemporada”. En la campaña de 1975, Swann cumplió el adagio. A pesar de una segunda exitosa temporada con los Steelers, al liderar la NFL con 11 touchdowns, Lynn muchas veces pasaba desapercibido en la ofensiva del equipo, cuyos reflectores siempre eran acaparados por el corredor Franco Harris y el mismo Bradshaw.

Swann, en el Super Bowl X, tuvo la cobertura del cornerback Mark Washington.

No había garantía de que Swann pudiera jugar el Super Bowl X porque sufrió una contusión, durante el partido por el título de la AFC. en una jugada en la que chocó casco contra casco con el safety de Raiders de Oakland, George Atkinson.

Highlights de Lynn Swann durante el Super Bowl X.

Pero corrió con suerte, los médicos le permitieron jugar. Su papel fue primordial para desmantelar a la defensiva de los Cowboys de Dallas en el duelo por el trofeo Vince Lombardi.

Swann sólo tuvo cuatro recepciones en aquel partido que se disputó en el estadio Orange Bowl, en Miami, Florida. Tan sólo tocó cuatro veces el balón y ganó 161 yardas y un touchdown, lo suficiente para ser nombrado el Jugador Más Valioso del Super Bowl.

Highlights de Lynn Swann (88) y John Stallworth (82).

Tres de esas cuatro recepciones de Lynn son legendarias, porque ejecutó increíbles jugadas, en las que puso en evidencia su pasado como bailarín de ballet, a pesar de la extraordinaria cobertura del cornerback Mark Washington. Swann nunca se conformó con solo bajar el balón de los aires, siempre tenía que aportar algo más, dar el extra.

Su hambre de triunfo, aunado a su tesón y habilidad en el campo, lo llevaron a ganar cuatro anillos de campeón y ser elegido tres veces al Pro Bowl. Al final, su estancia en la NFL mereció un digno reconocimiento y fue inducido al Salón de la Fama en 2001.