:)

LFA

Si el FBA estudiantil no aumenta, no es posible que el profesional avance: Licea

Published

on

Por Arturo Velaztegui

Ciudad de México. 23 de marzo de 2018. El Estadio Azul está a punto de vivir su última etapa como recinto deportivo, y planea dar un cierre digno de toda su historia y legado, albergando el partido final de la Liga de Futbol Americano Profesional, haciendo recuerdo de que dicha sede fue creada para la práctica del deporte de las tacleadas.

Durante el día de medios en el anteriormente llamado Estadio Olímpico de la Ciudad de los Deportes, se dieron cita algunos jugadores estelares de los equipos de la LFA, así como figuras míticas del emparrillado nacional, entre ellas estuvo presente el Dr. Jacinto Licea Mendoza, quien, presumiblemente, sea el ícono más grande del futbol americano politécnico.

“Es un día memorable, pero triste. Es un día en el que estamos cuestionando la agresión al deporte de México al destruir instalaciones deportivas que son tan necesarias para una ciudad tan enorme como la Ciudad de México”, dijo el mítico entrenador en entrevista, enfatizando en la importancia que el deporte colegial tiene en la actualidad y el impacto hacia el colectivo social.

“El futbol americano en particular, tiene la influencia de las instituciones educativas, y el colegial, que es el más importante del país, recibe influencias muy serias por parte de la filosofía y políticas de las instituciones educativas, sobre todo, las oficiales. Ha mejorado el apoyo, pero no es el que debería tener el deporte. Debería ser mucho más importante y con una participación superior a la que tenemos en actividades deportivas”, opinó el Dr. Licea.

Respecto a la relevancia del futbol estudiantil en relación a la faceta del profesionalismo que se vive actualmente, el Dr. Jacinto Licea sabe que, si los programas colegiales son débiles, difícilmente las categorías profesionales estarán bien nutridas, dando como resultado un nivel deficiente y falta de espectáculo.

“El profesionalismo depende 80% del deporte estudiantil y, si el deporte estudiantil no aumenta, particularmente, el futbol americano, no es posible que el profesional avance. Si no aumentamos la base de competencia, no podemos mejorar en el colegial y menos en el profesional”, sentenció el coach que estuviera en el timonel de los programas del IPN por 65 años.

Dentro de la nostalgia por volver a pisar el campo donde se libraron encuentros inmortales y grandes clásicos del futbol colegial, Jacinto Licea recordó con cariño algunos de sus mejores momentos dentro del terreno de juego, donde destacó una anécdota dentro de un partido entre el IPN y la UNAM.

“Uno de mis mejores recuerdos fue un juego entre el Poli y la Universidad, el cual ganamos. En ese entonces, los juegos empezaban a las cuatro de la tarde y terminaban alrededor de las siete de la noche. Se ganó el partido y yo diría que, aproximadamente, el 60% del público del Politécnico se fue todo junto, cantando y bailando desde aquí hasta Santo Tomás en la noche. Fue algo impresionante; la gente de nuestro lado estaba llorando de alegría y, los de enfrente, llorando de tristeza, obviamente, pues sabemos lo que significa tanto para el Poli y la Universidad y cualquier equipo, el estar compitiendo, sobre todo en juegos tradicionales como es el clásico”.

Fuera de lo puramente deportivo, el futbol americano es, en palabras del Dr. Licea, una base de formación humana, resaltando virtudes como el trabajo en equipo y el saber pensar en un interés colectivo antes que en el personal, lo que fomenta la creación de personas con madera para liderar.

“El futbol americano enseña las relaciones prácticas de ser disciplinado y constante, de tratar de mejorar todo el tiempo y conocer más tus actividades. Es una enseñanza de trabajo en equipo y te enseña también a sacrificar tu ‘yo’ por el ‘yo colectivo’ del equipo. El deporte crea líderes y el país necesita esos líderes reales. En el medio estudiantil creo que puede surgir eso y es algo muy importante para el desarrollo de la familia, de la escuela y todo lo demás”, concluyó la mítica figura de blanco y guinda.