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Novatos ven ‘normal’ desempeño de Dallas

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Dak Prescott y Ezekiel Elliott tienen muy poco interés por las estadísticas históricas. Pero intuyen que estos Cowboys están consiguiendo algo inusitado gracias a ambos.

“De verdad no pienso en lo que es normal o anormal”, aseguró Prescott.

Tal vez ello se deba a que lo que ocurre ahora en Dallas es la nueva normalidad.

Elliott corrió para 114 yardas y anotó un par de veces en los últimos dos minutos, para que los Cowboys consiguieran el domingo un electrizante triunfo por 35-30 sobre los Steelers de Pittsburgh, con lo que hilvanaron su octava victoria consecutiva.

En dos ocasiones durante las postrimerías del último cuarto, Dallas (8-1) tuvo el balón en territorio de Pittsburgh, con la posibilidad de agotarse el reloj e intentar un gol de campo que definiera el encuentro. En ambas, Elliott terminó escapándose para anotar, la última con una carrera de 32 yardas por el centro del campo y con nueve segundos por jugarse.

9675568-ezekiel-elliott-nfl-dallas-cowboys-pittsburgh-steelers-850x560“La defensiva se abrió como el Mar Rojo”, dijo Elliott, quien elevó a 1.005 yardas su total durante esta campaña, el mejor de la NFL. “Y sólo tuve que correr”.

Prescott se sobrepuso a un balón suelto en el comienzo del encuentro y terminó lanzando para 319 yardas y dos touchdowns. Se sintió asombrado cuando vio que Elliott conseguía su tercero y último touchdown, en un partido cuyos últimos 115 segundos fueron de locura.

“Simplemente meneé la cabeza y dije ‘¡guau!”’, relató el quarterback. “Sólo tratábamos de colocarnos en posición para convertir un gol de campo, pero ‘Zeke’ opinó lo contrario”.

En la última jugada del encuentro, el safety Byron Jones sacó de la cancha mediante un empujón a Antonio Brown, receptor de Pittsburgh, en la yarda 20 de Dallas. Los Cowboys amarraron así lo que quizás es su victoria más impresionante de una campaña por demás sorprendente.

Prescott esgrimió un nuevo argumento para terminar con la discusión sobre si debe ser el quarterback titular.

El veterano Tony Romo practicó durante la semana, y está casi recuperado tras una fractura en la espalda. Sin embargo, pasó la tarde del domingo de la misma forma en que lo ha hecho en toda la campaña: sin vestir el uniforme y atestiguando el espectáculo de Prescott.

Ni siquiera una jugada de engaño del quarterback Ben Roethlisberger pudo descarrilar al equipo más enrachado de la NFL.

Dallas igualó la mejor seguidilla de triunfos en una misma temporada en su historia, gracias a dos novatos que no parecen asustarse en los grandes escenarios.

La primera anotación de Elliott llegó en una jugada en que atrapó un pase y se escapó 83 yardas.

Dez Bryant añadió seis recepciones para 116 yardas, incluida una recepción de 50 yardas que terminó en las diagonales.

Roethlisberger pasó para 408 yardas y tres touchdowns por los Steelers (4-5). Antonio Brown atrapó 14 envíos para 154 yardas, incluido un touchdown en un avance de 15 yardas cuando restaban 42 segundos.

En esa jugada, Roethlisberger fingió que azotaría el balón y terminó lanzando un pase para dar la ventaja a Pittsburgh.

Pero los Cowboys coronaron la siguiente ofensiva con otra fuga de Elliott hasta la zona prometida.