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El estímulo de Richard Sherman

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Muhammad Ali, el trash talker más grande la historia, tenía ganada cada batalla sin haber puesto siquiera un dedo en el ring. La imponente personalidad del mítico boxeador sirvió como fuente de inspiración para las generaciones venideras de deportistas en la restaurada e incluyente Unión Americana.

“Ali aprendió a manipular su entorno. Él creó un personaje, un líder, una celebridad”, explica Richard Sherman, el back defensivo de moda en la NFL. “Me importa un comino el mundo del boxeo pero me gustaría ser como él”.

En el deporte americano siempre ha habido una línea muy delgada entre la autoestima y la fanfarronería. Decir que eres el mejor del mundo en lo que haces puede herir susceptibilidades, aún y cuando la evidencia sea irrefutable.

Sherman vio desfilar a 23 cornerbacks antes de escuchar su nombre ligado con el de los Seattle Seahawks en el Draft de 2011. Pete Carroll, a quien dejó esperando con una oferta para incursionar a USC durante un par de horas por no perderse una clase en su preparatoria, tenía motivos para no tomarlo antes en el sorteo.

“Es un prospecto de buen tamaño con algunos intangibles que le garantizarán ser un buen reserva en un equipo con paquetes agresivos de carga”, escribía un evaluador de talentos NFL.

Richard Sherman“Dime que no puedo y te demostraré lo contrario”, pensó Sherman. En su primera apertura como profesional, semana 8 ante los Bengals, venció en el salto a AJ Green y se quedó con un envío profundo de Andy Dalton. Tan pronto se levantó, su boca comenzó a moverse con un ritmo vertiginoso. El show estaba por comenzar. Sherman, hijo de un recolector de basura y una educadora de niños con discapacidad, no parecía ser precisamente un egresado prototipo de Stanford -uno de los programas educativos más prestigiosos del mundo-.

Prospectado como el estandarte mediático de la Legión del Boom en Seattle, el oriundo de Compton, California alcanzaría la cima como uno de los defensivos con mejor intuición y lectura defensiva del juego.

Con un anillo de Super Bowl y la etiqueta de estrella en la liga más competitiva del planeta, Richard Sherman le ha rendido homenaje a la leyenda de Muhammad Alí, con el convencimiento pleno de que “la gente no soporta a los bocones, pero siempre los escucha”.