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La transición de Brandon Weeden

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En el draft de 2012, Brandon Weeden, un pitcher abridor reconvertido en quarterback, se erigiría como el cuarto pasador seleccionado en primera ronda tras Andrew Luck, Robert Griffin III y Ryan Tannehill, un viejo conocido de la Big 12.

El background de Weeden como prospecto frustrado en el beisbol quedó eclipsado por su certificado de nacimiento: el egresado de los Cowboys de Oklahoma State tendría que jugar su primera temporada como profesional en la NFL con 28 años cumplidos -guiño a Roger Staubach, Rich Gannon y Kurt Warner-.

Su sueño en Grandes Ligas no tuvo impacto.Luego de pasar cinco años atascado en Clase A en las fincas de los Yankees, Dodgers y Royals, en 2007 Weeden desestimó el sueño de convertirse en un pelotero de todos los días en Grandes Ligas. “A veces había menos de 100 personas en los partidos”, relata. “Me sentía miserable, no podía sacar a nadie de out. Mi efectividad era terrible y me había cansado de recibir cuadrangulares. Me rendí”.

Weeden, un potencial two-sports phenom desde el high school, tomó el teléfono y encontró una ruta de escape en el programa de futbol americano de la Universidad de Oklahoma State. Para hacer la transición a quarterback había que ser más ágil, ganar masa muscular y pulir su mecánica de lanzar.

“Es complicado, en el beisbol todo transcurre muy lento, es un deporte metódico que te permite desarrollar una rutina de trabajo durante toda la temporada”, contaba Chris Weinke, quien recorrió un camino similar al de Weeden con los Carolina Panthers y los Toronto Blue Jays en sucursales.”El futbol es un deporte lleno de colisiones y ráfagas de intensidad”.

En 2010, después de tres años en las profundidades del depth chart, Weeden se ganaría el trabajo de tiempo completo como quarterback de OSU ganando 11 de 13 aperturas, un año más tarde firmaría un registro de 12-1 como titular con victorias ante Tanehill, Griffin III y Luck (Fiesta Bowl) incluidas. Pese a la edad, su frente tenía una inmensa etiqueta de NFL.

Cleveland nunca ha sido un sitio particularmente idílico para desarrollar pasadores novatos, había que ganarse la vida como backup de alguna estrella. Weeden tomó sus maletas rumbo a Dallas para convertirse en la póliza de seguro del popular Tony Romo. El destino le tendría reservada una nueva oportunidad de brillar en el gran escenario.

La NFL no es MLB, pero Weeden lo está disfrutando como si lo fuera. Quizá pronto eche de menos el montículo, detrás del centro no hay demasiado tiempo para ejecutar, a menos que no esté entre tus planes mantener la cabeza alineada con el resto de tu cuerpo.