Liga Mayor
Majestuosa tarde para Pumas CU, Bicampeón de los 8 Grandes
El Olímpico Universitario vivió una de las tardes más felices en los últimos años, al ver coronarse a los Pumas CU por segunda vez consecutiva al vencer 21-14 a los Auténticos Tigres.
La gente comenzó a poblar las gradas de la zona de palomar desde las 8:00, y para las 9:20 esa sección ya estaba casi llena, por lo que las autoridades del estadio mandaban a los asistentes que apenas llegaban a ocupar los accesos de cabecera norte y sur, y posteriormente la parte de pebetero, donde ubicaron a la porra regiomontana.
Pocas veces se ve en el EOU que aficiones rivales convivan en una misma sección, pero ambas partes convivieron en armonía y disfrutaron de la fiesta deportiva.
A las 9:55 se proyectó el video de introducción de los locales, lo que provocó que comenzara el éxtasis de más de 35 mil asistentes. Mientras los Auténticos salieron de sus vestidores agarrados de la mano, los Pumas con banderas, humo y papelitos de colores salieron a toda velocidad por la puerta de maratón, dando inicio a los gritos de aliento del respetable.
Minutos antes del kickoff, Ciudad Universitaria vivió un momento solemne, al guardarse un minuto de silencio en memoria de los víctimas de la Normal de Ayotzinapa, Guerrero, el cual fue respetado por todos los asistentes al estadio.
Comenzó la gran final, y con ello la tribuna aplaudía cada tacleada de los locales. El júbilo aumentó cuando Chávez Mess conectó con Herminio Rojas para timbrar en la zona de anotación. La emoción aumentó jugadas después al momento de que Jerónimo Arzate bloqueó la patada regia, colocando a Pumas cerca de la anotación, pero tocó el turno de,os azul y amarillo de explotar por primera vez, al bloquear el intento de gol de campo de Alan Paoli.
Nuevamente las Goyas retumbaron en el Pedregal cuando Arzate interceptó a Max Villarreal y casi devolviéndola para un Pick Six, pero un sonoro “aaaaaaaah” se escuchó al ser tacleado pasando medio campo.
Llegó el segundo touchdown Puma, pero la afición tardó en reaccionar debido a la tardía decisión de los oficiales. Los regiomontanos reclamaron fuertemente, pensando que Pablo Caso había sido derribado en la yarda 1.
El medio tiempo llegó, y con él el turno de la banda musical del Centro Morelos, poniendo el ambiente de College Football, entonando canciones como “Happy” de Pharrell Williams y “La Vida Es Un Carnaval” de Celia Cruz, al tiempo que formaban las palabras PUMAS y UNAM, recibiendo aplausos de los asistentes.
Los equipos volvieron a la cancha con dominio de las defensivas, hasta que Fernando Gómez Brull comenzó a mover las cadenas de los Tigres, hasta que se topó con la línea Puma que lo detuvo en cuarta oportunidad. La afición auriazul comenzaba a saborear el trofeo, al momento en el que Oscar de la Concha cruzó la línea de gol en el tercer cuarto.
Los capitalinos bajaron el ritmo, lo cual fue aprovechado por Tigres al anotar Gustavo Padilla, bajando así los decibeles del volumen de la afición Puma. El nerviosismo reinó en las gradas, cuando Adrián Martínez recuperó un balón suelto de José Chávez, haciendo que aproximadamente mil aficionados con jerseys de Auténticos y Tigres de fútbol soccer soltaran varios “Goya, ¡Tigres!”, y así también los abucheos de los locales. Los Tigres anotaron, y en Palomar se percibía un ambiente tenso. Un par de minutos después, Tigres recuperó el ovoide con poco más de dos minutos. La afición comenzó a hacer lo suyo presionando a los norteños con la ayuda de las animaciones de la pantalla. El nerviosismo fue sustituido por los gritos de júbilo de la parcialidad auriazul, cuando Vladislav Saranedialkov interceptó a Max Villarreal, dando el triunfo a los Pumas.
Después de la entrega del trofeo, la cancha se llenó de lágrimas y sentimiento, cuando Gerardo Aguilar, David Aceves y el resto de Pumas de último año dieron una última vuelta por el estadio, siendo recibidos por sus compañeros con abrazos y Goyas, acabando así un día dorado al sur del DF.