Entre líneas de golpeo
Debacle sin fondo
Hemos visto a los Red Sox coronarse en su casa rompiendo la maldición de Babe Ruth, hemos sido testigos de dinastías en la NBA como Spurs y Lakers, en la NFL vimos nacer y morir a la dinastía de los Patriots, observamos a Eli Manning recibir dos veces el Vince Lombardi.
Todo esto ha sucedido desde el 2002, la última temporada en la que los Raiders avanzaron a playoffs llegando en aquella ocasión hasta el Super Bowl.
Parece que a partir de entonces, la franquicia tiene sobre si una maldición.
Los números son escalofriantes desde ese ya lejano 2002. Nunca han vuelto a tener una temporada ganadora. Cuentan con un récord de 53 ganados y 123 perdidos. Han tenido siete coaches, siendo el más estable Tom Cable con 44 juegos dirigidos. Van 19 QBs titulares, incluyendo al último que los llevó a playoffs, Rich Gannon.
Una franquicia en total debacle, sin rumbo y sin timón firme. Bajo el nuevo mando, posterior a la muerte de Al Davis, se pensó podrían llegar mejores épocas. Es pronto para hacer un juicio al respecto, pero de inicio las cosas no lucen nada bien.
Después de la humillante derrota en Londres a manos de los Dolphins y un inicio 0-4 esta temporada, el nuevo dueño y la gerencia general decidieron darle las gracias al coach Dennis Allen, después de 36 juegos y una marca de 8-28. Con esos números es realmente complicado defender el trabajo de Allen.
¿Qué le ha pasado a los Raiders en todos estos años? ¿Por qué acumulan tantos proyectos echados por la borda?
La culpa la tienen todos al interior de la organización, no hay ninguno que se salve. Los errores van desde haber desperdiciado selecciones del Draft en jugadores como Jamarcus Russell, por nombrar al más reconocido; hasta pésimos movimientos en la agencia libre como los trades por Matt Flynn, Carson Palmer y Matt Schaub.
Añadamos un muy mal manejo del tope salarial. La factura de todos esos errores ha sido inmensamente costosa para la franquicia de Oakland.
Al iniciar la temporada, la situación no lucía tan precaria. Decidieron que el novato Derek Carr fuera su QB titular y sigo pensando fue lo correcto. Carr ha tenido destellos de talento, pero aún debe pulir algunos aspectos. El problema reside en la falta de talento a su alrededor.
El proyecto “Dennis Allen” es historia. Tony Sparano ha sido elegido para fungir como coach interino. ¿Podrá con el paquete?
Sinceramente lo dudo. Los Raiders tienen mucho tiempo sin buscar a un “pez gordo” que tenga el deseo de trabajar para sacar los problemas desde la raíz; eso precisamente intentarán en las próximas semanas. Veremos si alguien se anima. Un proyecto ganador requiere de mucho trabajo y paciencia.
Mientras tanto, los Raiders continuarán en su hoyo negro. Y no me refiero a su estadio, sino el verdadero agujero en el que están metidos desde hace varios años. Una debacle que parece no tener fondo.
@MGutierrezNFL