Entre líneas de golpeo
¿Qué esperas Goodell?
Es la época en la que la NFL muestra “mano dura” contra miembros que no acatan reglas internas. Ya ha suspendido a ocho jugadores por abuso de sustancias prohibidas.
Entre ellas la de Daryl Washington, suspendido 16 juegos por reincidencia y la de Robert Mathis, suspendido por cuatro juegos. Además parece inminente suspensión de toda la temporada para quien ha emergido como uno de los mejores receptores, Josh Gordon.
Pero desde mi punto de vista, ha sido laxa en aplicar los reglamentos tal como debiera.
Da gusto que exhiban y castiguen a tramposos o a quienes hacen uso de sustancias prohibidas como marihuana, sin importar si ayuda o no al rendimiento. Pero, ¿y los demás? ¿Por qué hasta ahora no se ha aplicado ninguna suspensión por quebrantar el código de conducta? ¿Qué están esperando?
Estas preguntas salen a la luz debido a dos casos que no son menores.
El primero es el de Jim Irsay, dueño de Colts. A mediados de marzo fue arrestado por ir manejando supuestamente bajo efectos del alcohol o de narcótico. Se negó a hacerse una prueba se sangre; esto tuvo como consecuencia la suspensión por un año de su licencia.
En el automóvil de Irsay se encontraron paquetes de medicamentos restringidos a prescripción médica, pero esos cargos fueron retirados. Sin embargo en algunos días, deberá estar en la corte para hacer frente a dos delitos menores consecuencia de su imprudencial manejo.
No hay duda de una violación al código de conducta, un dueño también debe cumplirlo.
Entonces, ¿Goodell estará esperando el veredicto de la corte? ¿O de plano no se anima a suspender a un dueño que aporta para su salario?
La NFL debe ser enérgica, al igual que lo es con sus jugadores.
El otro caso es el de Ray Rice. El corredor de Ravens estuvo implicado en un caso de violencia doméstica a mediados de febrero. Hay video que muestra a Rice arrastrando a su novia fuera de un elevador en un casino en Atlantic City. La policía levantó cargos por supuestamente haber golpeado a la novia dejándola inconsciente y haberla arrastrado fuera del elevador.
Al día siguiente en que fue acusado formalmente, Rice contrajo matrimonio con la mujer a la cual agredió, en un acto bastante sospechoso o quizá por estrategia legal. Además se declaró no culpable. El fiscal del caso ha dicho que tiene pruebas suficientes para inculparlo.
La hoy esposa no tiene intención de que el caso prospere y ambos ofrecieron conferencia de prensa en las instalaciones de Ravens, donde Rice se disculpó con todos, ¡menos de su esposa!
¿También Goodell está esperando el fallo judicial? ¿Por qué esperar si el mismo jugador ya se disculpó públicamente por los sucesos?
Rice y su esposa estuvieron esta semana en las oficinas de la NFL, desatando rumores de que su suspensión será aplicada pronto; será totalmente merecida. La mejor liga y la sociedad en general no podemos tolerar la violencia doméstica. El mensaje debe ser contundente.
@MGutierrezNFL