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Liga Mayor

Presentan libro de ‘Guerreros Aztecas’

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Varios ex integrantes destacados de los Guerreros Aztecas dieron a conocer un libro conmemorativo sobre la historia de esta singular organización, que durante casi 30 años fue parte importante de la historia del futbol americano en México.

El evento se vio engalanado por la presencia de los cinco Head Coaches que tuvieron en sus manos las riendas del programa aurirrojo de Ciudad Universitaria: Manuel “Gallo” Vázquez, Alberto de León, Antonio Paz López, Armando Erazo y Julio “Norma” González, quienes fueron homenajeados al recibir simbólicamente los primeros cinco ejemplares de esta magna obra, que en aproximadamente 450 páginas rinde tributo a uno de los más singulares y recordados equipos en el ámbito de la liga mayor entre los años 70s y los 90s.

Si bien la existencia del equipo fue acordada desde 1968, fue hasta 1970 cuando los Guerreros Aztecas, junto con los Cóndores y las Águilas Reales, hicieron su aparición como los tres representantes de la Universidad Nacional autónoma de México (UNAM) en la Liga Mayor.

Ubicados como tercer equipo en el escalafón del futbol americano de la Máxima Casa de Estudios, los Guerreros tuvieron una notable desventaja en cuanto al reclutamiento de talentos de la sólida cantera universitaria, y a pesar de ello fueron un equipo que llegó a dar grandes sorpresas y a escribir páginas memorables en la historia del futbol americano nacional.

Entre sus elementos más notables a lo largo de su historia, podemos citar a Mario Durán Zúñiga, Jorge Huerta Psihas, Carlos Medina Chávez, el propio Julio González, Francisco Hernández Soto, Ernesto Navas Mérida, Ricardo Terán, Juan Manuel Montero, Armando Erazo, Alejandro Sifuentes, Arturo Alcalá, Samuel Pacheco, Alejandro Ham, Edgar Pulido y Mauricio Olmos, por citar a un puñado de las grandes figuras que vistieron los colores aurirrojos.

Al reunificarse los Pumas en 1996, se decretó la fusión de los tres equipos que había surgido de ellos, pero los exjugadores se sentían tan identificados con los colores e historia que ellos mismos habían labrado, que la tribu del Pedregal siguió operando un par de años más, como Asociación Civil.