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Quieren Seahawks formar su historia

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Parado en el centro de los vestidores, marcando con la cabeza el ritmo de la música que resonaba con una cadencia bailable, Ben Haggerty observaba todo lo que ocurría en el lugar.

Mientras saludaba a jugadores y entrenadores que en su mayoría no tenían relación alguna con Seattle salvo que forman parte de los Halcones Marinos, Haggerty vio el caos a su alrededor con una sensación especial por ser originario de la ciudad.

Más que la mayoría, Haggerty sabía lo especial que era el momento mientras los Halcones Marinos celebraban el triunfo del título de la NFC y el pase al Super Bowl, puesto que son dos cosas que no ocurren muy a menudo en Seattle.

“Éste es el equipo. A inicios de año, en la pretemporada, parecía ser que éste sería el equipo en conseguirlo”, dijo Haggerty, originario de Seattle mejor conocido por sus millones de seguidores como el artista de hip-hop nominado al Grammy, Macklemore. “Todos estos muchachos, la defensiva, Russ, Pete, todos, han sido estupendos en el año. Merecemos estar aquí”.

La última frase dicha por Macklemore es muy rara de escuchar en Seattle. Ésta es la región de los jets y la tecnología, de los riffs de guitarra y el café. No es un lugar donde esperar campeonatos sea la norma, ya que en el pasado ha habido muchas decepciones.

La última vez que uno de los equipos más importantes de Seattle tuvo un desfile para celebrar un título fue en 1979 cuando los Supersonics ganaron el título de la NBA y ninguno de los miembros del roster actual de los Halcones Marinos había nacido. Decir que la historia de Seattle con los campeonatos es breve es muy poco. Las aplastantes victorias en el camino han sido tantas que la decepción se ha convertido en la expectativa común para la mayoría de los seguidores de por aquí.

Pero este grupo es diferente. Y quizá por eso estos Halcones Marinos rumbo al Super Bowl han recibido un gran apoyo.

Los seguidores de Seattle no son del tipo que se pavonea y celebra porque no hay muchos motivos para hacerlo, especialmente a nivel nacional cuando los únicos títulos profesionales ganados en los últimos 30 años han sido por parte del equipo de la WNBA.

Eso no es menospreciar lo conseguido por el Storm de Seattle, que se llevó campeonatos en 2004 y 2010. Pero no son el tipo de triunfos que se quedan en la memoria.

Incluso el éxito de los Sounders de Seattle, quienes ganaron dos campeonatos  de la Copa Abierta de Estados Unidos y se convirtieron en el modelo para un éxito cada vez mayor, no son reconocidos más que por un público selecto. Crear una atmósfera de respeto mundial en el soccer es un logro sobre el que los seguidores de Seattle se enorgullecen. Sin embargo, a mayor escala sigue siendo muy poco.

Es por eso que este grupo de Halcones Marinos se ha ganado el cariño de Seattle y de todo el noroeste del Pacífico como ocurrió con la música de Nirvana, Soundgarden, Pearl Jam y otros a finales de la década de 1980 y principios de la siguiente. La gente se divierte, baila, presume, bordea la delgada línea entre la seguridad y la arrogancia, y su entrenador fomenta todos esos rasgos.

Son lo opuesto de lo que Seattle ha sido. Y debido a eso, sus legiones han crecido de manera exponencial.

“Tenemos a los mejores seguidores del país, y es increíble darles la oportunidad de jugar en el Super Bowl y posiblemente de ganarlo”, comentó el receptor abierto de los Halcones Marinos Jermaine Kearse, uno de los dos originarios de Washington que forman parte del roster. “Estuvieron con nosotros en las derrotas, en las victorias, en los altibajos. Se merecen esto tanto como nosotros”.

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Esta versión de los Halcones Marinos también es distinta porque hasta ahora han conseguido cumplir con las expectativas que se tenían de ellos. Y no han recibido burlas como los equipos de los últimos 20 años.

No son los Supersonics de Seattle de 1994 que tuvieron el mejor récord de la NBA en temporada regular y luego se convirtieron en el primer No. 1 en perder ante el No. 8 en la primera ronda de los playoffs.

Tampoco son los Marineros de Seattle de 1995, una historia de optimismo que ayudó a rescatar el beisbol del noroeste al recuperarse de 13 derrotas en agosto para llevarse el título del Oeste de la Liga Americana y finalmente derrotar a los Yanquis de Nueva York en una Serie de División de cinco partidos, pero no avanzar más.

No son los Sonics de 1996 que tuvieron la mala suerte de toparse con los Toros y sus 72 victorias en las Finales de la NBA.

Y no son los Marineros de 2001, quienes empataron el récord de las Grandes Ligas con 116 victorias de temporada regular pero no supieron responder a los Yanquis en la postemporada.

No hace mucho, los deportes en Seattle habían caído a un nivel en el que se consideraba que la ciudad era la peor del país en el ramo. 2008 fue especialmente malo, con golpe tras golpe. Todo empezó cuando los Supersonics abandonaron Seattle luego de 41 años y se mudaron a Oklahoma City en el verano de ese año, un golpe que provocó heridas que siguen doliendo a más de cinco años de distancia. Los Marineros perdieron 101 partidos con una nómina de más de 100 millones de dólares. El equipo de futbol americano de Washington cerró 0-12 la temporada 2008 y los Halcones Marinos terminaron 4-12.

Pero hay optimismo en el horizonte, más allá de los Halcones Marinos. Hay esperanzas de un regreso de la NBA y con él, un equipo de la NHL. Los Marineros consiguieron que Robinson Canó saliera de Nueva York como agente libre en la temporada baja. Y los Sounders cuentan con uno de los mejores jugadores del país en Clint Dempsey.

Sin embargo, esas esperanzas serán un logro extra si los Halcones Marinos consiguen derrotar a Denver y se llevan su primer título del Super Bowl.

“Todos tenemos ese tipo de sueños. Así que debemos tomar nota y reconocer lo especial que es, y sentirnos agradecidos por quienes nos ayudaron a llegar hasta donde estamos, que son los muchachos que están aquí”, comentó el entrenador de Seattle Pete Carroll. “… Creo que somos muy afortunados de habernos unido en este momento para hacer que esto sucediera”.