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Los Cowboys obligados a no defraudar

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ARLINGTON, TX.- Tony Romo luce descansado y listo. Ha firmado un contrato tan grande como serán sus responsabilidades para la nueva campaña en la NFL.

Ahora, los Dallas Cowboys encaran otra vez el reto de romper con un círculo vicioso de mediocridad, que se remonta a 1997. Tienen marca de .500 desde el comienzo de aquella temporada, incluido un par de fojas de 8-8 durante las dos primeras campañas completas de Jason Garrett como entrenador.

Dallas no avanza a los playoffs desde 2009. En cada uno de los dos últimos años, los Cowboys cayeron ante un contrincante de la División Este de la Conferencia Nacional en un partido donde se jugaba el boleto para la postemporada.

Pese a quedarse tan cerca de los playoffs, los Cowboys despidieron al coordinador defensivo Rob Ryan, sustituido por Monte Kiffin. Realizaron otros cambios en el personal defensivo y un par de ajustes a la ofensiva.

Garrett ha cedido la responsabilidad de determinar cada jugada de ataque en un partido por primera vez desde que el dueño Jerry Jones lo contrató como coordinador ofensivo en 2007.

Sin embargo, no habrá tantos cambios en el personal. Todos los jugadores clave están de regreso. Travis Fredrick, seleccionado en la primera ronda, parece el único novato capaz de causar un impacto en el equipo.

A continuación, cinco puntos clave para que los Cowboys dejen de decepcionar a sus aficionados:

1.- ROMO: El mariscal se sometió a un procedimiento para que le extirparan un quiste de la espalda. En la pretemporada se ha mostrado listo para conducir el ataque, luego de firmar el contrato más jugoso en la historia de la franquicia, por seis años y 108 millones de dólares. De esa cifra, 55 millones de dólares están garantizados. Se trata de tres millones de dólares más de los que devengará con Baltimore Joe Flacco, el ganador del último Super Bowl, un hecho que no ha pasado desapercibido para los detractores de Romo, quienes recuerdan su pésima foja de 1-6 en partidos de vida o muerte y sus frecuentes errores en esos encuentros, como el pase que le interceptó Washington cuando parecía que los Cowboys podían avanzar por fin a los playoffs. Es tiempo de que Romo responda en el terreno.

2.- EL ENTRENADOR: Cuando hay cambios en los coordinadores de la defensiva o del ataque y las cosas no mejoran, el siguiente en perder la cabeza suele ser el entrenador. Por ello, esta temporada se considera crucial para el futuro de Garrett. Algunas versiones señalan que ha hecho concesiones en un intento desesperado por conservar el puesto, dado que la contratación de Kiffin y la cesión de las decisiones sobre las jugadas a Bill Callahan fueron medidas tomadas por Jones. Garrett discrepa, desde luego. Pero sólo si gana podrá demostrar que no es un títere del dueño, como lo fueron Barry Switzer, Dave Campo y Wade Phillips.

3.- LOS SUSTITUTOS EN POSICIONES CLAVE: Miles Austin devenga un sueldo digno de un receptor de primera línea, pero ha perdido esa condición ante sus lesiones en los muslos y tras una gran campaña de Dez Bryant en 2012. Si Austin permanece saludable, es probable que los Cowboys cuenten con un par de receptores probados. Ahora es tiempo de averiguar dónde puede acoplarse Terrance Williams, el novato proveniente de Baylor y reclutado en la tercera ronda del “draft”. En cambio, no hay sustituto para el corredor DeMarco Murray, a quien los Cowboys enviaron a la banca el domingo, luego de que soltó un balón. DeMurray es además propenso a las lesiones.

4.- LOS MISMOS JUGADORES, NUEVA DEFENSIVA: Con el cambio a la formación 4-3, todos los jugadores que llevan tiempo en el equipo deberán acostumbrarse a su nuevo papel. DeMarcus Ware y Anthony Spencer son ahora ends en vez de linebackers, y deben concentrarse en llegar al quarterback contrario.

5.- LA ANÉMICA LÍNEA OFENSIVA: La titularidad de Tyron Smith como tackle por la izquierda es una de las pocas certezas tras una de las peores campañas para la ofensiva terrestre en la historia de la franquicia y luego de la endeble protección que recibió Romo. Jones ha prometido dar a Romo “ese medio segundo” que le ha faltado para hacer sus jugadas, por lo que la línea ofensiva debe ser prioritaria.