El Blog de Pirrón
El “Espaldarazo” de Jerry Jones
En el futbol mexicano es un clásico: cuando el dueño del equipo le da el “espaldarazo” a su director técnico en tiempos difíciles, lo que realmente hace es ponerle la soga al cuello, porque más temprano que tarde lo va a correr.
Los ejemplos sobran, pero creo que basta con mencionar a Jorge Vergara. Si eres el entrenador de Chivas y el dueño habla bien de ti, mejor comienza a hacer maletas, porque eso significa que ya tienes un pie fuera del Guadalajara.
Con toda proporción guardada (porque vaya que lo amerita), a eso me sonó el “apoyo” que el sábado mostró el dueño de los Cowboys, Jerry Jones, cuando habló del coach Jason Garrett.
“Veo a futuro con Jason y no solamente hasta el final de su contrato”, dijo Jones en su ya tradicional conferencia de prensa para dar el banderazo de salida al training camp de sus Cowboys. Y negó una y otra vez que la campaña 2013 sería la última de Garrett si no es capaz de calificar a los Playoffs.
En poco más de dos campañas como coach en Dallas, Garrett tiene marca de 21-19, incluidas dos temporadas -2011 y 2012- con récord de 8-8 y en las que perdió en la última semana el boleto a Playoffs. Hace dos años fue ante Giants y en diciembre ante Washington.
¿En serio Jerry no hará cambios si Dallas se queda en la orilla por cuarto año en fila?
Desde 1998, los Cowboys tienen marca de 123-113 y desde el Playoff Divisional de la campaña 1995 tienen el nada decoroso récord de 1-7 en postemporada. El único triunfo vino en 2009, cuando en el Wild Card vencieron 34-14 a Philadelphia en el Cowboys Stadium.
En el vocabulario de Jones siempre están estas dos palabras: “Super Bowl”. A su entender él ha armado equipos para pelear por el Vince Lombardi, pero los coaches y jugadores se han quedado cortos.
Y por eso ha tenido que hacer cambios.
Hace poco anunció que Garrett ya no sería el responsable de mandar las jugadas desde la banda. Esa responsabilidad es ahora del coordinador ofensivo, Bill Callahan.
Antes despidió al coordinador defensivo Rob Ryan y en su lugar trajo a Monte Kiffin, quien no solamente cambiará a una defensiva 4-3 sino a un sistema más conservador.
Se supone que ahora Garrett podrá concentrarse más en el equipo, en lo general y no en lo particular. Como sea, su estadía en Dallas depende de Tony Romo, el nuevo millonario de los Cowboys.
Jerry le dio a Romo un nuevo contrato por seis campañas y 108 millones de dólares, 55 de ellos garantizados. Ahora espera que su quarterback se convierta en el “Peyton Manning” de Dallas, y eso incluye no sólo más compromiso de su parte sino hasta involucrarse en el plan de juego semana a semana.
En resumidas cuentas, lo que Jones hizo en estos meses fue quitarle poder a su coach y dárselo a su quarterback.
Y la pregunta obligada es: ¿realmente están los Cowboys listos para el Super Bowl?, ¿tienen con qué volver a Playoffs?
Eso dependerá de cuánto tiempo le tome a la defensiva ajustarse a los cambios y cuántos intercambios de balón produzca (el año pasado fueron apenas 7 intercepciones, lo más pobre en la Liga junto con Kansas City). Y no nada más es eso: Dallas necesita más producción de su ataque terrestre (penúltimo en la NFL en 2012) y, claro, mejores decisiones de Romo (36 capturas la campaña pasada, lo más alto en su carrera), particularmente al final de los partidos.
Demasiadas condiciones para un equipo que últimamente se ha convertido en su peor enemigo y que más frecuentemente encuentra la manera de perder que la manera de ganar.
Jerry Jones dijo lo políticamente correcto, pero él y todos sabemos que Jason Garrett sí se va a jugar la chamba en la temporada 2013.
Si no hay Playoffs, el dueño de los Cowboys estará en busca de su octavo coach desde 1989, cuando le dio las gracias a Tom Landry para poner en su lugar a Jimmy Johnson, su primer y único acierto en ese rubro. Hasta ahora.
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