De Tocho
Picks del Wild Card por @DeTocho_mx
Qué descaro conmigo. Ya estamos en la recta final de la semana y me pongo a escribir de lo que sucedió el lunes. Una disculpa. Pero entre la gripe, la cruda y el Año Nuevo, lo último que uno quiere es leer/escribir el blog.
Yo estaba en toda disposición de hacerlo. Bueno, no en toda, toda, lo que se dice toda.
Bueno, en ninguna. Punto. Ya, discúlpenme. No volverá a suceder.
Y es que este lunes negro en la Liga nos dejó más tela de donde cortar que sastre de Jenni Rivera (¿demasiado pronto?).
Siete coaches, cinco gerentes generales. El saldo de un lunes que todos sabíamos que iba a llegar y que vendría como vendaval.
Rodaron las cabezas en: Arizona (Ken Whisenhunt), Filadelfia (Andy Reid), Chicago (Lovie Smith), Cleveland (Pat Shurmur), Kansas City (Rommeo Crennel), Buffalo (Chan Gailey) y San Diego (Norv Turner).
Creo que esos siete que desfilaron por el paredón estaban más anunciados que el ban blanco con el osito. Bueno, tal vez el caso de Lovie Smith, de los Osos, sorprendió a más de uno, pero hasta la fecha no he escuchado o leído a nadie que se queje de ese movimiento.
De hecho, lo que si he escuchado y leído, es que el Black Monday vino tranquilo, pues hay quienes piensan que hubo otros coaches que salvaron la chamba de milagro. Obviamente el más mencionado de ellos, Mr. Jason Garrett.
Yo agregaría a Mike Munchak y Jim Schwartz. Pero de acuerdo en todo lo referente a Garrett.
Aunque no creo que Garrett se haya salvado por completo. El Emperador Palpatine Jones tal vez tenga un par de trucos Sith bajo la manga y lo haga desaparecer más tarde que temprano, cosa que tampoco será del todo benéfica para los Boys, que verán a los mejores candidatos ocupados una vez que se hayan decidido por cortar al Colorado… en caso de que lo hagan.
Además, también le dieron las gracias a cinco gerentes generales. CINCO.
Ninguno de ellos más merecido que Mike Tannenbaun de los Jets, quien se encargó de construir una Torre de Babel alrededor de Mark Sanchez.
Disculpen, fue un dedazo. Quise decir, Torre de Papel.
Además de Tannenbaun, también se van: Rodd Graves (Arizona), Tom Heckert (Browns), Gene Smith (Jacksonville) y A.J. Smith.
En el caso de los Gerentes, las razones son prácticamente las mismas para todos, conjuntar escuadras con talento dudoso (en el mejor de los casos). Graves y A.J. Smith, al igual que Tannenbaun, tuvieron buenos equipos y fueron perdiendo piezas claves. Una por una… sin saber o darles la importancia que merecían, el tiempo les cobró la factura.
Otros casos como el de Gene Smith, son simplemente imperdonables. El hecho de tomar a Tyson Alualu y Blaine Gabbert en primeras rondas de drafts consecutivos no solo es inexplicable, sino también imperdonable.
Ponerse a explicar cada uno de los movimientos de personal y las causas de su cese, es una tarea importante, pero muy larga y hoy por hoy tenemos otras cosas que nos conciernen.
¿Qué les parece si terminando la temporada retomamos este tema con mucha más calma?
Por que hoy lo que nos concierne, oh, hermanos míos, son los Benditos, benditos playoffs de la NFL.
Benditos y malditos.
Benditos, porque inicia el mejor football posible. Pocas cosas más emocionantes en el mundo del deporte que vivir o morir en un juego.
Malditos, porque nos dicen que el final de la temporada está muy cerca. Así que aprovechen estas semanas que nos quedan.
Así, que sin más ni más. Lo que estaban esperando.
La verdadera razón por la que se leyeron las 607 palabras anteriores.
Los PICKS del PLAYOFF DE COMODINES.
Cincinnati en Houston: Un partido intrigante, por decir lo menos. Si esto fuera meramente cuestión de talento, el encuentro estaría totalmente cargado de un solo lado, de los Texans. Pero en este deporte el talento es solo un porcentaje. El momento, la confianza, el coacheo y los intangibles pesan tanto o más que el talento. Con esto no quiero decir que los Bongos no cuenten con él, porque sería mentirles. Es solo que en comparación con los Texans no muchos pueden sacarles la lengua.
Las fortalezas de Cincinnati para este duelo vienen en otros sentidos. Es en cuestión de confianza y momento, donde los Bongos se alzan el cuello.El hecho de llegar a su segunda postemporada consecutiva de la mano de un pasador en su segundo año solo es una señal de que van por el camino correcto y eso los pone a soñar. Hay talento, A.J. Green, Maualuga, Geno Atkins, Green-Ellis, etc, etc. Cuentan con nombres importantes, eso sin duda. Pero para que Cincinnati de pelea en enero, solo hay dos apellidos en los cuales se deben de fijar: Dalton y Zimmer. Sí, como en Andy Dalton, quarterback y Mike Zimmer, coordinador defensivo. Los dos líderes de este conjunto y por donde transita todo lo bueno y malo que suceda con los Bongos.
Previo al juego de Houston-Pats, comentaba con alguien que ese juego era mucho más importante para Houston que para Nueva Inglaterra. Que si querían llegar con buen momento a playoffs necesitaban de ese partido, de ese triunfo, para sentirse un equipo cuyo registro era representativo de su nivel. Todos sabemos cómo quedó ese juego. Cómo la temporada de Houston se ha ido en picada a raíz de la tunda a manos de los Pats.
La confianza de los Texans no es precisamente su punto fuerte y es aquí donde el coach Kubiak se tiene que ganar su cheque. Volviendo a lo básico. A dejar que Foster haga lo suyo, en dejar que Schaub confíe más en su reparto y no solo le fije los ojos a Andre Johnson. Creo que los Texanos son un buen equipo, no el mejor, pero si uno muy bueno, uno digno de jugar en la segunda ronda de playoffs. HOUSTON POR 5.
Minnesota en Green Bay: ¿Recuerdan cuando decía que Adrian Peterson debía conformarse con el Retorno del Año, que el MVP ya tenía nombre y apellido y todas esas cosas? Me equivoqué. Cuando un jugador, más en esta época de 50 pases por encuentro y donde 3000 yardas por aire es una norma y no una hazaña, correr para dos mil yardas es todo un logro, cuando se hace con un equipo como Minnesota, con un quarterback como Christian Ponder, entonces los logros de Peterson se magnifican, al menos, unas 10 veces. Así de importante ha sido AP para los Vikes. Nos apegamos al sentido más estricto de las palabras Jugador Más Valioso y no hay NADIE en la NFL más valioso para su equipo que Peterson.
¿A qué voy con todo esto? A que los Vikes deben darle a Peterson lo que les pida, a fin de cuentas no estarían en enero jugando pelota de no ser por él. Y qué bueno, se lo merecen. AP es de los chicos buenos en el deporte y un fenómeno de la naturaleza. Pero no por ello, el y los Vikes deben de avanzar de más. Se ganaron un lugar en los playoffs a fuego y sangre. Bien merecido. Pero eso no significa un lugar en la ronda divisional.
Claro, hay una razón por la que los juegos se juegan y nadie le va a regalar nada a los Packers y mucho menos los Vikes y Peterson, a menos que los Cheesehead hayan descubierto en un lapso de una semana una fórmula milagros, y LEGAL, de detener a un hombre que en dos juegos les corrió para 400 yardas.
Todos, me incluyo, hemos hablado del talento de los Packers, un equipo con experiencia ganadora en postemporada, un portento de quarterback, receptores habilidosos a más no poder y un par de playmakers en defensa. ¿Saben de qué sirve todo eso si no se sabe ganar en enero? De NADA. Y si alguien lo sabe bien son estos Empacadores, que mantienen el 90 por ciento del equipo de 15-1 de la temporada pasada. El mismo equipo de uno y fuera en enero de 2012. Los Packers saben que su temporada y su legado están en juego. Deben jugar al máximo de sus capacidades, pues menospreciar a Minnesota les puede costar todo un año de trabajo.
Me refiero a que su legado está en juego, porque así es. Porque uno de los equipos más completos de esta generación, dominante como pocos, podría ser parte de una dinastía, o pasar a la historia como uno de esos equipos que se encendió en el momento adecuado hace un par de años. Depende de ellos demostrarnos quienes son. Yo digo que tendrán otra semana para vivir. PACKERS por 8.
Indianapolis en Baltimore: No fue hace mucho, tendrá un par de meses, qué escribí que los Potros era un equipo sumamente peligroso. Un equipo con un propósito, una señal de lucha y un vivo ejemplo de ello en el coach Chuck Pagano. Menciono esto porque es una de esas raras ocasiones en las que no me equivoqué. Los Colts han jugado mucho más allá del límite de sus capacidades. Han sido un equipo con talento limitado, pero que ha encontrado la forma de ganar muchos juegos que, en el papel, no deberían. No es obra de la casualidad, no es suerte, o Luck, if you will. Es uno de esos equipos marcados, no se si por Dios, o por el destino, o por el omnitarugo de Goodell. Pero es un equipo marcado. Ahora tendrán enfrente a unos Cuervos que llegan a playoffs como un conjunto muy distinto al de años atrás. Un equipo que no sabe quién es, especialmente ofensivamente hablando.
Baltimore es un equipo vulnerable en defensa, ya no es aquella unidad que imponía. Las ausencias prolongadas de Terrell Suggs y Ray Lewis cobraron una factura muy alta. El mejor jugador en esa defensa, Haloti Ngata, no ha sido un factor la mayor parte del año, y los Cuervos son un equipo vulnerable incluso a Charlie Batch. En ofensiva, las cosas en ese vestidor no están muy bien y es evidente. No encuentro otra forma de explicar el papel sumamente reducido en el ataque de Ray Rice, quien es, y por mucho, la mejor arma en el arsenal de Baltimore. A menos que haya habido un pleito fuerte con John Harbaugh, o Joe Flacco, es inexplicable el papel limitado de Rice en el esquema de Baltimore…. eso o sufre la maldición de la Toalla Terrible.
De cualquier forma, Baltimore no impone el miedo que debería. Baltimore está perdido en algo que no puede perder un equipo de playoffs, en caracter y confianza. El miércoles Ray Lewis anunció que se va al finalizar los playoffs. Creo que esa decisión algo tiene que ver con sus mermada salud y algo tiene que ver con el momento que pasa el equipo. Un competidor como ese asesino linebacker, no quiere verse ni a él, ni a su equipo, en picada. Y eso es lo que está sucediendo con él y Baltimore.
Baltimore no es un ejemplo de un equipo confiado. Ante un equipo joven e inexperto, la pura seguridad en si mismos les habría sido suficientes. Pero los Cuervos son un equipo que no tiene identidad y los Potros, un equipo que nada tiene que perder, ya han ganado la batalla más complicada del año. ¿Por qué no una más? POTROS POR 2.
Seattle en Washington: Si uno de ustedes me dice que en septiembre esperaba que estos dos se midieran en playoffs, me burlaré de él por mentiroso. Si alguien me dice que este no es el juego más intrigante de la semana, también miente. Dos equipos muy similares, al menos en su ofensiva, y en su caracter. Mano a mano. Vive o muere.
Seattle tal vez sea el caballo negro de esta postemporada. Tiene todos los elementos para serlo. Un quarterback con mucha confianza, un ataque terrestre demoledor, la defensiva más física de los playoffs, y de concretarse el milagro de recibir a Minnesota en la Final de la NFC, la mejor localía de la liga. Sabemos que el CenturyLink no va a ser factor en esta postemporada, así que no hay que preocuparse por el llamado Jugador 12 de Seattle. Hay que preocuparse por los otros 11 en el terreno.
Once jóvenes, con mucha confianza y sobre todo, mucha HAMBRE. Pete Carroll tiene a este equipo jugando como lo que realmente son, un equipo al que nadie le creía. Cuando le ganaron ese disputado juego a Green Bay, todos se sorprendieron del simple hecho de que Seattle le hiciera juego a los Packers. Mismo caso cuando le pegaron a Tom Barbie y compañía. Ya cuando en la penúltima semana le plancharon el traje a San Pancho fue cuando uno que otro comenzó a abrir los ojos. Sin embargo, no todo el mundo cree que pertenezcan a la elite.
Washington pasa por un proceso muy similar, al fin de cuentas, cuando se tienen quarterbacks novatos, todo el mundo los ve igual: “No merecen estar ahí, llegaron por calendario, tuvieron suerte, etc.” El hecho es que ahí están, y si hubo pasadores que hicieron su chamba, RGIII fue uno de ellos. Revatalizó a la capital de los Estados Unidos, volvió a Washington relevante y lo hizo con una ofensiva poco convencional. Griffin y Shanahan son la mejor pareja desde que alguien decidió juntar a la mermelada de fresa con la mantequilla de maní. Así de sencillo.
Pero hay un foco rojo en Washington, la rodilla de RGIII. Un quarterback como él, necesita de toda su capacidad física y hoy por hoy no está al 100 por ciento. Dudo que después de dos series contra la defensiva de los Halcones Marinos, esa situación vaya a mejorar. Griffin necesita de sus piernas tanto o más que de su brazo. En una ofensiva como la de los Skins, de múltiples opciones y lecturas, de jugadas roladas, y ante una defensa como la de Seattle, rápida, agresiva y hambrienta, tener piernas veloces y sanas es una buena idea. Hoy por hoy, RGIII no puede presumir de ello.
Claro, podemos decir lo mismo de la defensa de Washington, la que acosó al borde de la micción a Tony Romo la semana pasada, y que ha hecho jugada tras jugada en su camino a playoffs. Pero es una defensiva que no ha visto un ataque como el de Seattle. Que tiene un pasador eficiente y armas por tierra para mantener sus disparos a raya con la pura amenaza de un play action. Y no vamos a ver un play action… vamos a ver muchos. Seattle por 7.
La semana pasada: 10-6
En la temporada: 153-87-1
Hay muchas cosas más que se nos quedan en el tintero, pero juro las vamos a retomar.
Hay muchas cosas más que decir sobre estos ocho equipos. Yo no soy el poseedor de la verdad absoluta, pero soy el poseedor del secreto a la felicidad. El camino de Deporte77. La mejor forma de apostar tu dinero de una manera fácil, rápida y segura.
En verdad, no gano nada mintiéndoles. NADA.
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