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Super Bowl

Superaron Seahawks y Patriotas titubeantes inicios

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La Super Bowl de este año tendrá grandes emociones ya que se disputa entre los dos equipos que han liderado sus respectivas conferencias en la temporada regular.

Este año, se da la coincidencia de que el camino de ambos equipos ha sido más o menos similar. Tanto los Seattle Seahawks como los New England Patriots se presentan al partido más importante del año con un balance de 14 victorias y cuatro derrotas tras una temporada en la que han despertado ciertas dudas y con una trayectoria claramente de menos a más.

Los Patriots iniciaban su andadura con las mismas expectativas que durante los últimos años. Claros candidatos a dominar su división y su conferencia, los de Boston eran uno de los favoritos para estar en postemporada.

Su inicio fue bastante titubeante con una parcial de 2-2 en los cuatro primeros partidos. La primera derrota contra los Miami Dolphins en la que los de Boston hicieron una desastrosa segunda parte sin anotación y en la que desaprovecharon una ventaja inicial de diez puntos, parecía que iba a ser un mero accidente de inicio de temporada.

Las victorias contra Minnesota y Oakland en las dos siguientes jornadas volvían a poner las cosas en su sitio a nivel de resultados pero no a nivel de juego. En la victoria frente a los Raiders los Patriots ganaron de forma muy ajustada.

En la cuarta jornada se produjo el que es, sin duda, el punto de inflexión de la temporada de los de New England. La inapelable derrota frente a Kansas City Chiefs (41-14) hizo saltar todas las alarmas en Boston.

Tom Brady que realmente tuvo una mala actuación como todo el equipo en general, incluidas dos intercepciones. Lo cual provocó que Bill Belichick decidiera darle a Garappolo quarterback suplente los minutos finales y éste respondiera con seis pases completados de siete intentos para un total de setenta yardas y un touchdown, hizo que se oyeran rumores a cerca del posible relevo en la posición de quarterback.

Esta derrota marcó un antes y un después para los Patriots, posteriormente lograron victorias consecutivas. El ataque volvió a funcionar tanto a nivel aéreo como por tierra.

Volvía a verse a un Brady dominador, efectivo y controlando el tiempo de los partidos. Gronkowski demostraba de nuevo que es uno de los mejores tight ends del momento y que es una verdadera pesadilla para las defensas rivales que se las ven y se las desean para poder frenarle.

A nivel defensivo la mejora en la secundaria gracias a la aportación de Darrelle Revis y de Brandon Browner fue sustancial. El enésimo duelo Manning-Brady fue la victoria más destacada de este tramo. La ajustada derrota contra Green Bay Packers a falta de cinco jornadas detuvo la racha de victorias que se reanudó con un parcial de 3-0 en las siguientes jornadas que daba el liderazgo de la división y de la conferencia a falta de un partido.

La última jornada de la temporada regular ya no tenía ninguna transcendencia y acabó con una derrota frente a Buffalo Bills acabando así con un parcial de 12-4.

Los Seahawks, por su parte, afrontaban la temporada como vigentes campeones y con la difícil misión de conseguir disputar un nuevo Super Bowl, algo que no pasaba de forma consecutiva desde que lo hicieran precisamente los Patriots en 2005.

En el primer partido frente a Green Bay Packers, parecía que todo seguía igual. Dominio absoluto de los de Pete Carroll. Sin embargo, la inesperada pero merecida derrota la siguiente semana en San Diego mostró los primeros indicios de que no iba a ser todo tan fácil.

Tras una ajustada victoria en el tiempo extra frente a los Denver Boncos y una cómoda victoria en Washington, vinieron dos derrotas consecutivas (Dallas y San Luis) que establecieron el balance hasta el momento de 3 victorias y 3 derrotas dejando claro que algo no acababa de ir del todo bien.

A pesar de todo esto los Seahawks consiguieron poco a poco  remontar el vuelo y hacer un segundo tramo de la temporada casi perfecto con nueve victorias y una sola derrota frente a Kansas City Chiefs.

A medida que se iban recuperando los jugadores lesionados el equipo iba mejorando poco a poco. En defensa se experimentó una mejora sustancial consiguiendo volver a ser tan temible como en la anterior temporada, finalizando la temporada regular como la mejor en cuanto a juego aéreo y la tercera mejor en el terrestre.

La clave fueron los últimos encuentros divisionales en los que se consiguió la victoria en cada uno de ellos permitiendo un máximo de siete puntos por partido.

De esta forma se consiguió finalizar la temporada regular un balance de 12-4 que les permitió colocarse como líderes de división y conferencia y obtener el seed 1, librándose de la ronda Wild Card y jugando todos los partidos en el fortín del CenturyLink.

Mañana, en Glendale Arizona, veremos cuál de estos dos equipos finaliza de forma exitosa esta turbulenta temporada